En ocasiones sucede que una canción, la que sea, hace que salte una chispa y, de repente, tus neuronas se ponen a trabajar como si no hubiese un mañana. En tu mente aparecen los personajes, la trama, los escenarios... lo sabes todo sobre aquellos que, durante los siguientes meses, te acompañarán día tras día hasta que escribas la palabra «fin».
Para Elizabeth Urian esta fue la canción. Al parecer, siempre la relacionarán con Los hermanos Broderick.
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